Search
Close this search box.

Las mujeres ganan el primer concurso de microrrelatos de Palma Palmilla

Publicidad

Dos mujeres ganan el primer premio del concurso de microrrelatos de Palma Palmilla y otras dos se hacen con las menciones especiales que el jurado ha otorgado.

La ganadora en la categoría de personas adultas es Arantxa Fonseca Muñoz con el texto titulado “La receta“:

“Cada noche, su pizzería era el punto de encuentro del barrio. Rakim llevaba veinte años trabajando en una receta que su abuela le había transmitido justo antes de morir. Agua, harina, levadura, sal y después el ingrediente para todas las culturas y paladares. Preparó la pizza más grande que habían conocido. Cientos de vecinos se agolpaban para ver la enorme masa, y Manuela, “la Garabato”, le cantaba una saeta. Los comensales mordieron con los ojos cerrados. El tomate y el queso se deslizaba por la lengua como un tobogán que les deslizaba hasta un lugar desconocido. Sin karakou, sin vaqueros, sin boubu, sin faldas: se sintieron desnudos. Volvieron a ser niños. Se sintieron libres. Los enfados, los desahucios, las deudas, los miedos, las multas; todo quedó en otro tiempo.
Cuando abrieron los ojos, la pizzería ardía. Rakim se había marchado”.

La ganadora en la categoría infantil y juvenil es una alumna del instituto Nuestra Señora de la Victoria llamada Ángela Antúnez Vellón, que presentó el microrrelato “Toda historia merece ser contada”:

“Ángel nació, creció y se enamoró en su barrio. También estudió piano, le apasionaba de verdad. Pese a provenir de una humilde familia, supo llevar junto a su mujer una buena vida en un hogar acogedor. Sus padres fallecieron antes de que él cumpliese los sesenta, y poco después los siguió su tan amada esposa a causa de una devastadora enfermedad. Estos desafortunados hechos llevaron a Ángel a la más profunda tristeza que alguien puede soportar. Pero el alzheimer no tardó en alcanzarle y esos dolorosos recuerdos se disiparon con el tiempo. En cambio, aún podía tocar el piano. Nada podía sanar las heridas de su corazón, pero al menos su instrumento era capaz de cubrirlas. Los años transcurrieron rápidamente y los vecinos se acostumbraron al sonido que Ángel producía, aunque este apenas sabía ya el por qué. Un día, se dejó de oír el piano. Ángel se había convertido en lo que su nombre indica”.

Menciones especiales

El jurado, compuesto por una persona designada por Onda Color, otra designada por el equipo de coordinación del plan comunitario Proyecto Hogar y otra por la Junta Municipal de Distrito de Palma Palmilla, ha acordado conceder dos menciones especiales, una en la categoría de adultos y otra en la infantil-juvenil.

La primera se corresponde con el texto titulado “Reencuentro“, de Mónica Fernanda Chiquillo Fernández:

“Sigue estas instrucciones: Por la salida-entrada de Málaga encuentras la Palma-Palmilla. Busca la calle Ebro y compra en la panadería una piña. Guárdala, ya lo entenderás. En el mercadillo saluda a Pepa y Moha. No me mires así, en el barrio somos familia. Luego avanza por la calle Francisco Carter, pregunta por el edificio de “las monjas”, es ahí. Pero no toques el timbre. Cuando alguien salga aprovecha y te deslizas, es el apartamento 401. Que, si la parca no se la llevó, la escucharás cantar desde el rellano.

El chavea arregló su abaya y llamó a la puerta. Con el último quejío de una seguiriya la mujer abrió, sus ojos marchitos se avivaron al contemplar la figura del joven. Él se inclinó y le entregó el pan con las dos manos. Ella lo recibió. Un rosa primaveral salpicó sus mejillas y las arrugas se acomodaron para dibujar una sonrisa. Suspiró el recuerdo de su primer beso”.

La segunda va a parar al microrrelato de Irene Moreno Castillo titulado “Los cuatro jinetes“:

“En una noche oscura cuatro jinetes salen a cabalgar. Se alejaron de la luz del castillo y uno de los caballos tropezó, cayendo al borde de un agujero, era la boca de un túnel profundo pero estrecho; como no podían pasar con los caballos se marcharon.
Al amanecer iniciaron la marcha hacía aquel misterioso túnel, cuando llegaron a la boca se dieron cuenta que era más pequeño que la noche anterior, pero no tuvieron problema alguno. Detrás de aquella luz se encontraron con un bonito prado, mientras observan el paisaje se les acerco un pequeño personaje que les invito a pasear por su aldea, a la que todos conocían como el mundo de los chocolates fantásticos. Nadie conocía aquella aldea, tan solo los que vivían en ella y ellos que acaban de conocerla. La luz se fue apagando y todo volvió a una tenebrosa oscuridad, de repente se escuchó una voz diciendo:
¡Buenos días Carla! ¿Has dormido bien?”

La fecha del acto de entrega de las distinciones se anunciará próximamente. Este concurso se realiza en colaboración con la Junta Municipal de Distrito 5 Palma Palmilla del Ayuntamiento de Málaga.

TEMAS

Salud

Prueba Ale

Mujer

Literatura

Historia

Feminismo

Escúchanos
en directo